Delante de tu Rostro, Señor
Te he buscado, Señor, en la medida de mis capacidades
Y el poder que Tú me diste, empeñándome en comprender
con mi inteligencia lo que creía por la fe;
Luché y me fatigué en demasía.
Señor y Dios mío, mi única esperanza,
óyeme para que no sucumba al desaliento,
deje de buscarte; ansíe siempre tu rostro con ardor.
Dame fuerzas para la búsqueda.
Tú que permitiste que Te encontrara,
y me has dado esperanzas de un conocimiento más perfecto.
Ante Ti está mi firmeza y mi debilidad;
sana ésta, conserva aquélla.
Ante Ti está mi ciencia y mi ignorancia;
si me abres, recibe al que entra,
y si me cierras la puerta, abre al
que insiste en llamar.
Haz que me acuerde de Ti, Te comprenda
y Te ame.
Acrecienta en mí estos dones hasta
mi entrega completa.
Amén.
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